Quienes pensaron en conectar computadoras hace 20 años no tenían idea de cómo ni cuánto cambiaría la sociedad a partir de entonces. El impulso inicial, originado en la academia, buscaba cubrir la necesidad de un conjunto de investigadores por más información, más conocimiento y la posibilidad de compartir y trabajar en proyectos conjuntos, no había terminado de dar sus frutos cuando los ojos de los hombres de negocio vieron en la red una oportunidad: Una nueva forma de comunicarse con el consumidor, una nuevo canal de ventas, menos costoso, más rápido. Luego llegarían nuevos productos y servicios, y de esta forma Internet pasaría de ser una herramienta de comunicación a una plataforma para transacciones y servicios: la era de la “e”: e-business, e-commerce, e-salud, e-educación, e-tcétera.

Pero luego llegaría (volvería) la gente, las ganas de comunicarse, de compartir y de colaborar. La capacidad de compartir conocimientos y recursos con el mundo a través de los blogs ha formado una nueva generación de periodistas, la posibilidad de crear y compartir música y video ha formado una nueva generación de artistas y estrellas del arte popular, las redes sociales juntaron a los amigos del ayer y del mañana y ayudaron a movilizar partidarios en procesos electorales y a poblaciones indignadas. Mientras que a fines del siglo pasado, la palabra Internet estaba íntimamente relacionada con el concepto de “negocio”, hoy se le relaciona cada vez más con el concepto de “democracia”.

Sin embargo Internet no es sino una herramienta en manos de las personas, una herramienta que puede servir para generar riqueza o más pobreza, para resolver los problemas del mundo o para agudizarlos o crear nuevos, puede facilitar el ejercicio de la libertad y puede ser usada para vulnerar nuestra intimidad y nuestra imagen, puede ayudar a que recuperemos viejas amistades o puede causar pleitos, guerras y muerte, porque Internet, como toda tecnología, es un potenciador de las capacidades humanas para hacer lo que los humanos hacen, sea bueno o malo.

Pronto el acceso a Internet estará disponible para la mayor parte de la población peruana, los teléfonos móviles serán el instrumento para masificar el acceso. Internet y la posibilidad de acceder a través de ella a información, conocimiento, aplicaciones y servicios, impactará y gererará cambios en la vida de estos nuevos usuarios. Pero los nuevos usuarios también impactarán en Internet, e Internet cambiará, como ha cambiado durante estos primeros años.

Esto recién empieza.